La presencia del VPH es una condición necesaria
para que se desarrolle un cáncer de cérvix, pero eso no significa que no
existan otros factores que colaboren a que el virus no se resuelva espontáneamente o a que la enfermedad avance de forma progresiva produciéndose la lesión premaligna, conocida como CIN y posteriormente el cáncer. Estos
factores son:
o Anticoncepción hormonal oral: Cuando se consumen durante cinco años o más, aunque el riesgo tiende a desaparecer en los 5 años siguientes a la interrupción del consumo.
o Paridad: Cuando se tienen más de 5 embarazos a término. Este factor
junto con el anterior, sugieren una asociación positiva entre VPH y esteroides,
lo que significa que, juntos, aumentan el riesgo de padecer cáncer de cérvix.
o Tabaquismo: Se han aislado sustancias carcinogénicas presentes en el tabaco en el moco cervical. Aunque no se conoce bien la dinámica de la interacción, es posible que estas sustancias colaboren a que el virus no se resuelva expontáneamente.
o Tabaquismo: Se han aislado sustancias carcinogénicas presentes en el tabaco en el moco cervical. Aunque no se conoce bien la dinámica de la interacción, es posible que estas sustancias colaboren a que el virus no se resuelva expontáneamente.
o Edad de la primera relación sexual: Es un conocido factor de riesgo. La prevalencia de VPH más alta comprende las edades inmediatas al inicio de las relaciones, y responde a los patrones de comportamiento sexual de la comunidad. En grupos de edad de 15 a 25 años, si tienen compañeros sexuales distintos, llega a tener prevalencias del 30-40%. Después de este pico, le sigue una disminución muy marcada, estabilizándose en edades de 25 a 40 años en un 3-10%, interpretándose esta cifra como una medida indirecta del número de mujeres portadoras crónicas de la infección viral, y por tanto, del grupo de alto riesgo para progresión neoplásica. En algunas poblaciones se ha observado un segundo pico de prevalencia en mujeres postmenopáusicas, postulándose que fuera el reflejo de una reactivación de una infección latente y que se asociaría a la reducción fisiológica de la inmunidad natural con la edad.
o Coinfecciones: La infección por Chlamydia trachomatis parece ser un cofactor que actúa por inducción de inflamación crónica y metabolitos mutagénicos. El Herpes simple tipo 2 también parece actuar como cofactor, con una evidencia algo más dudosa.
o Deficiencias nutricionales y bajos niveles de antioxidantes son otros factores propuestos.
o Conducta sexual de la población: El contagio por el virus se produce piel a piel. Los lugares más susceptibles de invasión viral son aquellos donde se producen procesos de rápida replicación y diferenciación celular, como la zona de transicion escamocolumnar del cérvix (más activa aún en mujeres jóvenes) y la línea pectínea anal, desarrollando displasias y neoplasias en estas localizaciones. El preservativo, se ha comprobado que es un factor protector, pero no de forma total, para el contagio y adquisición de lesiones precursoras. Parece que la circuncisión masculina también es un factor protector.
o Estado inmunológico alterado.
Especial consideración merece el papel del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), como muestran los estudios en los que se detectó que en mujeres VIH positivas el riesgo de infección por VPH de alto y bajo riesgo sería de entre 1,8 y 2,7 veces superior con una persistencia 1, 9 veces mayor.
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